Me puse a pensar en todo y en nada

Me puse a pensar en todo y en nada. Ya saben a todos nos pasa.

Fue un año difícil y divertido a la vez, bastante épico diría.

Más de una vez las lágrimas me ganaron y otra vez empecé la historia. Aprendí a borrar y a escribir de nuevo.

Aprendí a estar sola y a vivir acompañada. Comprendí cuando tenía que encender la luz y cuando no para estar a oscuras y ser valiente.

Sonreí más de lo que me hubiera podido imaginar. Sin embargo, en un espacio de tiempo, vuelvo al párrafo inicial de la historia porque tal vez no aprendí lo suficiente.

Aprendí a descifrar mentiras y a moldear mi manera de escribir la verdad. Que a pesar de las curvaturas de la distancia y las palabras, siempre sigue siendo mi verdad.
(...)

Para este año ojalá y enfermemos de entusiasmo para que desintoxiquemos tanto virus del miedo. 

Que este año no amemos mucho, que amemos bien. Que nuestros verbos tengan eco y nuestros silencios más prudencia.

Me puse a pensar en todo y en nada. Ya saben, me senté frente al mar.

Corduras finales

" O quizá deba esperar a que el insulto del reloj acabe de planear mi fin". Shakira

Consideré abstenerme de escribir durante los últimos cuatro días del año. Pero acá voy de nuevo.

Esperaba esclarecer una que otra idea, arrancar de raíz una que otra utopía. Esperaba que no me esperaras.

Ahora los deportes y la política son la escusa más barata para comprar una "buena" charla con cordura.

Quisimos prolongar el encanto de vernos, más no fue la mejor idea que se tuvo. Como si fuéramos los mismos de siempre, pero esta vez distintos.

Hay muchas cosas regadas por aquí, más historias nuevas no las hay. No me hace falta nada y me faltan tantas cosas.

Esperaba esclarecer una que otra idea, no pensaba perder la cordura. Esperaba que no me esperaras.

Se me agota el oxigeno mientras me disputo las corduras finales, consejos absurdos y  regaños inútiles en las desgastadas conversaciones consigo misma.

No pensaba perder la cordura.

El verbo y las ganas

                                            "Porque brotó en torrente el verbo y las ganas de sentir". Bebe

El sigilo característico entre las voces de esos dos no puede ser ya más grande.

Con  los ojos como espejos, ese era el instante inmerso entre el verbo y las ganas.

Se dejaron de escuchar en sus cielos; las gargantas bajaron sus armas.

Rastros de brújulas que dictaminaron los nortes fallidos entre el verbo y las ganas.

Hay un hueco en el espacio, se diseca el abrazo. Ahora hay un hueco en la piel.

En medio de la nada y entre tanta gente. Yo me quedo con el verbo en la boca y el resto es otra cosa.

Disculpen tanto tropiezo.

Domingos de dicembre

Hablemos de castillos de arena en un domingo de diciembre.

De princesas, brujas y damas.

Hablemos de calabazas, carruajes y carruseles en domingos de diciembre.

De príncipes, sapos y caballeros.

Cuanto que quisiera en un domingo de diciembre. Si pudiera, sería libre.

Platos rotos, ropa sucia y la ley de Newton en medio de los dos.

Hablemos del cielo y el infierno.

De la guerra y la paz en domingos de diciembre.

Hablemos de banderas e himnos.

Cuanto que quisiera en un domingo de diciembre.

Platos rotos, ropa sucia y la ley de Newton en medio de los dos.

Sollozos

Se escucha el estruendo sollozo del alma, sí, las lagrimas no brotan por la delicada  piel del rostro, esta vez es por la delicada piel del alma.

Las treguas no son muy cotidianas, tus rabietas y mi ausencia se declaran la batalla. 

Se firman los pactos de independencia y de paz al mismo tiempo, más los campos de guerra  carecen de voluntad individual para llevar acabo esas alianzas.

Los objetivos son claros, pero en la contienda la estrategia es complicada y el orgasmo es ausente en mis tierras y en las de otros tantos.

Bajo el silencio íntimo sólo se oye el sollozo que corre por  la  delicada piel del alma. Mis labios son fuente de amor y otros demonios.

Somnolencia Cotidiana

Más allá de la somnolencia cotidiana, despierto todos los  días por la mañanas con la mirada brillante y fija a cualquier buen horizonte. Despierto ya  sea del lado izquierdo o derecho de la cama, semidesnuda escondiendo bajo  el escote tanta pequeña afinidad.

Abrocho mis pantalones y combino mis fieles tacones con la cartera del  día lunes. A simple vista  suele parecer un fácil protocolo, pero cuando se tienen tantos  pares de zapatos, la misión es casi imposible, toda  una odisea.

La cabellera se deja  suelta para ver si por ahí se enreda en  ella algún hidalgo de buenas costumbres que quiera romper con sus morales costumbristas y de somnolencia cotidiana. Que me ame con éxtasis hasta descubrir las afinidades que le ofrece mi cuerpo de fémina, que no pretenda evitarse "tanta tramitología", (debe ser un síntoma de tal somnolencia), y me sorprenda en  el proceso de cortejo.

Sin esperar, no prorrogo mi marcha por el bulevar de la vida. Me mantengo en suspenso, trabajando a  esperas de cualquier buena oportunidad para el cumplimiento de mis más grandes añoranzas. Dejando de lado la somnolencia  cotidiana que suele envolver y absorber.

Más tarde un exquisito café y el retoque al color de  mis labios son la ceremonia  para resucitar cuando  el sol empieza a caer.

Así, más allá de la  somnolencia cotidiana despierto todos los días con la mirada brillante fija a cualquier buen horizonte, para encontrarme con aquella  afinidad que desde los cielos Dios me  concedió.

¿Tramitología?

Bueno, Hoy Ana Istarú me inspiró (y eso que es difícil lograr que algo me inspire, en ocasiones pasan días para ello). Y así me atreví a escribirles o contarles.... 

Hoy escuché decir de la boca de un caballero la palabra "tramitología". Resulta que la conversación se dio en un viaje corto en autobús. Sin embargo la susodicha palabra se me clavó incómodamente, como una espinita.

Todo comenzó al incluir en la conversación el tema de las relaciones interpersonales hombre-mujer y viceversa.  A lo largo él dedujo que no iba a ir en busca de ninguna dama para una posible relación sentimental, sino que iba a esperar que ella llegara a él, y en sus palabras prosiguió: "así me evito tanta tramitología".... 

Entonces, en ese corto lapso mi fiera interior gritaba en silencio, (lo  que pasa es que aveces las personas callan, pero eso no quiere decir que no piensan ni sienten), mi silencio fue repugnante pero el joven pareció ignorarlo. Por mi parte durante el camino a casa medité y medité la frase.

Entre tanto, salen a flote los puntos encontrados. ¿Que  es un tramite?, según el diccionario al cuál suelo acudir para argumentar con veracidad mis líneas, Tramitación: Conjunto de trámites necesarios para llevar a cabo un asunto o negocio // Tramite: Cada una de las diligencias para realizar un negocio.

Y mi fiera interior enfurece, con pudor y sensualidad, pero enfurece, al considerar que el homosapiens en cuestión relacionó mal, por no decir que estúpidamente, el termino de Mujer y Negocio. 

He aquí donde  hago uso de mi diccionario, porque no quiero estar equivocada, y por aquello de que algún otro homosapiens confunda significados; Mujer: Persona del sexo femenino // Persona: Individuo de la especie humana.

Se denota la insuficiencia de léxico de algunos caballeros de hoy en día y la falta de tacto de paso, y sin mencionar que se equivocó de mujer para utilizar tan cuidadoso término.

Para cortejar a una mujer, mujer no objeto (aclarando), primero: no somos un objeto que se compra en cualquier tienda, y por ende no traemos manual de instrucciones donde se derive la lista de trámites para poder ser adquiridas (infórmese), segundo: mucho menos un negocio puesto que no tenemos dueño, ya que nosotras somos dueñas de sí mismas (entiéndalo), tercero: al proceso de cortejo o conquista hacia una fémina no se le llama "tramitología" (aprenda a hablar).

Ausencia de calor

Frío: Sensación que se experimenta por la falta o ausencia de calor.

Es repugnantemente incómodo la sensación de sopor que causa tanto frío. Lo que sucede es que últimamente hay una notable ausencia de calor que terminamos, sin remedio alguno, atrapados en frío.

La batalla no sólo es contra el infernal  frío, sino también contra aquel viento viajero que porta memorias de otros tiempos.

También me afectan las cotidianas tristezas sociales, y las guerras por no romper con un cigarrillo o un beso cuando el frío regresa a raíz de tal ausencia. Lo que recuerdo fue que me acerqué con timidez y torpemente; muy de prisa en mis labios ya estabas tu.

Y es que para besarte no hay instrucciones, sólo ausencia de calor. Yo sigo luchando y busco como  manifestar al mundo mis convicciones, pero en una de tantas me desdoblo.

No son los mejores tiempos, ni para mi ni para mi país. La mala racha es compartida, las huelgas no son sólo sociales sino también afectivas. Parece que el verbo de nuestros gobernantes ya no suena tan convincente; ha de ser la ausencia de calor.

Será que ocupamos un gobernador más calorífero para apaciguar tanta cara insatisfecha y tanto conformismo, tanto  frío.     //calorífero: Que conduce y propaga el calor//

      

   "Te veo y me declaro culpable de desear tu presencia más que desear la paz" Ismael Serrano