22 ene 2015

Un equivalente a ella

De nuevo dijo adiós, como si ya no hubiese venido antes a tocar la puerta, a hacer que se le abrieran sus pestañas.

La piel no le extraña,  los besos ni le reprochan.

Pálida y de ojos tristes. Camina despacio, habla en menos proporciones. Un equivalente de ella ahora es nada.

Espera llenarse las manos de golondrinas para sentirse libre. A cientos de kilómetros sobre ella, las ve volando.

Un cielo perverso la mira. Llueve tanto, huele a naufragio...Todos tenemos un puñito de tristeza esperando.

Un hueco en el alma intacto o en decadencia. Un equivalente a ella ahora es nada.