23 ago 2014

Solo un diluvio

Pero en esta vida nada se apaga. Aún después de muerto uno sigue medio vivo y en guerra cada domingo por la tarde.

El duelo fue lento pero grato. Me miro en otros ojos y me pierdo en otras manos.

De pronto vienes con un balde de lluvia en las manos. Me arañas la espalda pero no me devuelves nada. No hay nada, solo un diluvio.

Y ahora que sigue después de este triste episodio. Después de los ojos inundados y las manos mías vacías. Qué viene, qué sigue.

Con todo lo que se quebró hice un mural, pinté de nuevos las paredes, cambié sábanas. Pero, aún así vuelves de impertinente, sin embargo no recoges el desorden.

Dejas la lluvia. No hay nada, solo un diluvio. Me arañas la espalda pero no me devuelves nada.

16 ago 2014

Pero el amor ya te había matado muchas veces antes

Todo lo que habíamos conseguido fue tan efímero como el tiempo de vida en un arco iris.

A diferencia del destello de color en esa escena, los tintes grises en este cielo eran parte del desencuentro.

Eramos un desastre, yo valiente pero a vos el amor ya te había matado muchas veces antes.

No era el final, sino un puñado de comienzos, y ¿qué querías?.

Me levanté y me sacudí el polvo que dejó la indiferencia que pactaste a nombre de Dios.

Le puse empeño para llorar menos, o sonreír más... la idea era seguir sacudiendo el polvo.

Yo valiente pero a vos el amor ya te había matado muchas veces antes, y ¿qué querías?. Los cobardes mueren así.

Había que tumbar la ciudad, romper el esquema, el amor no podía terminar de nuevo como arco iris. Tenía que darle un fin digno, menos protagonismo de su parte y más sonrisa de este lado. Menos polvo.