7 nov 2012

Recuerdos opacos

Conquistar el mundo no es el delito que más me preocupa. 
Aquí el delito es esta fiesta de recuerdos, recuerdos opacos.
Y así de vez en cuando me como el mundo con tantas ansias de vos.
En una fiesta de recuerdos y otros tantos, le da a uno por llorar callado.
Es que para esto no hay plan B que venga a aliviar las soledades inoportunas.
¿Cual será el delito ahora? 
¿Brindar por sus ojos o por los míos que se confunden en los suyos?
Y así de vez en cuando me como el mundo,
abarcando nuevas fronteras y conquistando ni yo mismo se qué.
Dicen que el mundo...
Tengo que confesar que es distinto, no hay promesas y mucho menos tratos.
La falibidad se sitúa como mariposa en flor. 
Los recuerdos se ven opacos. Hay una fiesta de recuerdos allá afuera.


3 nov 2012

Para espantar soledades

El arte del amor es como una pintura, requiere técnica, paciencia y sobre todo práctica entre la pareja. Requiere osadía; es preciso ir más a llá de aquello que la gente convencionalmente llama <hacer el amor>. Paulo Cohelo

Fue como si me hubieras dejado una caja de crayolas para pintarle un nuevo rostro a esta elocuencia de vida. Digo vida porque eso fue lo que me dejaste también; vida.

Podría decir que pinte y despinte muerte, espanté una que otra soledad y volví a pintar vida. Es sencillamente curioso como yo le hago mejor a usted de lejos, y viceversa. 

Lo admito, alguna vez creí que esas crayolas no me iban a funcionar. Pero ya ves, el destino hace con la vida y las personas todo lo que se le antoja, <<para quienes creen en el destino>>, pero pensándolo bien fue Dios y sus diosidencias, <<para los que creen en Dios>>.

Y si tuviera que escribir una canción empezaría por sus ojos, y esa forma tan suya de ser ella y dejarme ser con ella; y pintaría sus ojos.

Y ahora reirías seguramente de forma irónica pensando que me gusta más pintar que rayar palabras. Pero, en realidad es sólo que me ajusto al destino o a las diosidencias. 

Mucho menos creas que es resignación  porque la voluntad del alma por ser feliz está más viva que nunca y esa no la pinté. Pensándolo bien, me gusta esta nueva etapa de pintar y así. Eso de ser un poquito más feliz, si, si, me gusta.