21 mar 2011

Voy desnuda....



Al final la luz del túnel parece encandilar mis pupilas, no se a donde iré a parar. Camino sobre un mar de silencios, los latidos se aceleran y me atrevo a decir que voy desnuda y de puntillas, para no romper con algún ruido.

Me acerco poco a poco al destello, y de pronto llueve, llueve sobre el va y ven de mis caderas, se mojan mis labios, y aquel labial rojo se desprendió, ahora si voy desnuda, voy desnuda al por completo. Descubriéndome el alma y las ilusiones que trajo usted a su momento.

Sigo la luz, ya nada me dolía, estar ahí, era con certeza la acción más clara, aún cuando iba descalza. Una tregua con la ausencia y un trato con las ganas de perseguirle, no sé que va a ser de mi. Mientras voy desnuda, hacia yo no sé que callejón o hacia cual firmamento.

De algo si puedo estar segura, llevo la piel al viento. Respiro el aire que se encapsula en el tiempo que te pienso. Entonces, veo más cerca esa luz, y descubro la evolución del momento, sigo cautelosa pisando el sendero.

20 mar 2011

A ciegas



No tenía idea de como comenzar a trazar uno que otro verso, me plantee uno que otro titulo, y unas que otras ideas para llegar al meollo de lo que quiero dar a entender.

Pero sin embargo, luego de varios intentos a ciegas, no surgió nada de lo que yo misma esperaba, no era necesario que mis versos rimaran, hoy no le vi importancia alguna a eso.

El parpadeo curioso de mis ojos, hace algo tenso mi alrededor, pero no saber que decir sino como decirlo, eso era todo lo que hoy, me reprimía al querer escribir. Escribir, escribir, escribir, algunos dicen que cuando se escribe con sinceridad, se suele dejar el alma en cada palabra.

Hoy no hay más que un silencio dentro de estas cuatro paredes, y afuera, una fuerte ráfaga de viento, que parece querer hablarme, parece querer decirme algo al ser sutil al acariciarme.

Mientras, creo que terminé atrapada entre estas lineas, la culpa es mía, la acepto. No me comprendas, no intentes hacerlo si para comprenderme tengas que dudar de lo que a gritos te muestra y reclama mi alma.

Si bien, está claro, que la dificultad de escribir se comenzó a desvanecer, las palabras y las líneas comenzaron a fluir, al parecer sirvieron de algo los gritos a ciegas del alma, en esta mañana.

A veces, un a veces como hoy, desearía escribir sobre las alas de las mariposas, y que estas llegaran con mis líneas hasta tu lecho. No obstante, mis suspiros van a pie por el trayecto que lleva hasta tus pupilas, aunque me detenga en el ajeno pecho del tiempo y me quede de pie, ahí a la deriva, sin anclar ni navegar.

A ciegas le he escrito, para darle sentencia a mis palabras, aunque propiamente no pueda hacerlo, no me sentencie usted por andar a ciegas en busca de  palabras y  lineas exactas para no ahogarme en medio de tanto grito.
"no importan la distancia ni el horario,

ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto,
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino,
que no se sabe dónde acaba."
                                                                Benedetti.

19 mar 2011

Por las grietas del alma...


Le llevo como un nudo en la garganta, pero esta vez atorado por las grietas del alma. Y si, vienes con el viento, con el trueno y la tormenta, pero vienes, vienes con el sol, con las tardes y el recuerdo, rompiéndome el presente.

Y aquel sabor inquieto, que está de más en estos versos, se nos ha vuelto el remedio para tanto olvido, que de tanto querer olvidar, no se nos olvida.

Hoy vengo aquí, y si, vengo con el viento, con el trueno y la tormenta, pero vengo, vengo con el sol, con las tardes y tu recuerdo. Desde la cima de su hombro vengo decayendo.

Mirando por las grietas del alma, salgo a buscar un yo no se que, se pierde la noción del tiempo, y sigo esperando por usted en el mismo incierto lugar, saboreando esa curiosidad.

Usted se refleja en el azar brillo de mis pupilas, en el charco del presente. Usted se tarda en llegar pero más se tarda en querer irse. Usted rompe con su llegada el silencio y con su estadía todo el presente.

Entonces, el adiós se hace eterno mientras usted habita en aquellas grietas, por las grietas del alma, mientras el frío cala en la despedida y las ganas en el reencuentro.

"Aún me rompe tu recuerdo algún presente" Fernando Delgadillo.