27 jun 2013

Cantos de sirena

"Y quiso buscar yendo mar adentro y quiso parar olas en el viento y quiso encontrar lo que llevaba dentro, hurgando en alta mar" Rossana

Así como cuando el mar se devuelve, y la espuma se cala entre los dedos de los pies, burbujea, se desprende, y solo pequeños granos de arena se ven.

En un mar tan inmenso como lo es el de sus ojos y para ser sincero aún más el de los míos.  Sólo quedó el eco de algunos gemidos y las profundidades de mis mareas y las suyas.

Largos minutos de mar, el tiempo más puro y dichoso, que juntos hubieramos podido naufragar. Para dejarse llevar por el vaivén de la marea.

Ambos con la placentera sensación del agua a los pies pero la contradictoria arena en el corazón. Llenos de mar y profundidades, cada uno con sus olas.

Pero él más inmerso en sus corrientes y cautivo a sus sirenas. Por mis costas las mareas eran otras.

Sin embargo, se fue hurgando en alta mar. Donde las sirenas besaban otras bocas y cantaban otro mar.

23 jun 2013

Asi es como empieza

Aquel sofá recién tapizado pasó de su versión americana a un naranja oscuro, discreto y aburrido, que después de unos años resucitó a un naranja exuberante; esta vez los cojines combinaban replicadamente con las cuatro paredes de aquella triste sala.

-Siempre sugerí un buen y gran cuadro para entonar la pared-.

Parecíamos un cancer, en cambio al sofá los años le pasaban en vano. La sala triste pero el antiguo sillón siempre contundente en hacer la diferencia para guardarme la nostalgia.

Muchas cosas en la vida requieren de un gran compromiso, pero a nadie le gusta poner notitas en la puerta del refrigerador, para acostumbrar a la memoria y no olvidar cuáles son.

Y en la sala no hay regrigerador. No estaría descabellada la idea de poner el refri junto al sofá.

El cancer los venció. El sofá impertinente. Ella más sola y callada, miraba los tres cuadros medianos que se imponían a entonar la pared.