13 jul 2013

Al fin y al cabo tenía alas

“En ese instante oí que se quebraba algo en mi interior, por un instante pensé que era mi corazón, pero no, el corazón no se rompe…Después entendí que se me había roto la esperanza y estaba saliendo por mis ojos tibia y salada…” —  Fragmentos de no sé que. Mercedes Reyes Arteaga

Sabía de decepciones, tal vez no conocía el mundo malo o "la calle", pero ella conocía de decepciones. Era error poner la sonrisa en manos ajenas.

Ya no había secreto. Era pésima en esto del amor y escribir cada misión fallida algo le reconfortaba y le devolvía la sonrisa. Al fin y al cabo sabía como volver a empezar, tenía alas.

Tenía fe también, y mucha, tal vez eso era lo que por lapsos la apagaba. Sabía creer y esperar, pero reconocía que había mucha fe, de la que a veces empeña presentes y acelera futuros.

Con ese arte peculiar de siempre,  de acomodar los dientes, disimular tristezas y abrir los labios. Así en medio de lo cotidiano rompía con el humo y el ruido ensordecedor de la capital, y sonreía.

Inigualable,  extraña,  tan mágica y bruja a la vez. De esas que saben volar, como muchas pocas. Que arrugan sabanas y tejen abrazos.

Conoció de decepciones. Con ese arte peculiar de siempre,  de acomodar los dientes, disimular tristezas y abrir los labios.

Era error poner la sonrisa en manos ajenas, y la fe. Pero ella volvía. Al fin y al cabo, tenía alas.

2 comentarios:

  1. muy bien,, me gusta su estilo. Un poco oscuro pero no tanto para caer en lo sombrío

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  2. Gracias. Bienvenido seas a mis letras...

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