2 dic 2012

A mano


"Comimos. Hablamos. Reímos. Hicimos el amor. Todo estuvo tan bien, que no vale la pena escribirlo. "Benedetti

Entre codo y codo me quité a tanta gente entre la multitud, como para evitar tropezarme de nuevo, entendés. Y así como otros tantos comencé a ser un transeúnte indiferente pero feliz, como para plantear al fin el "estamos a mano". 

La rutina dejó de ser. Me desnudé un par de veces a la semana, y llegué a conocer un poco mi libertad y un poco más mis limites.

Sentí esa sensación chispeante de volverse a enamorar, el sofá ya no era tan frío ni mucho menos intimidante. 

La mentira, aunque siempre la contraigan los ojos, dejó de ser. Y para alarmarte, mis políticas en la cama se volvieron sutilmente escandalosas.

Sentí que encontré un tesoro, no de oro ni brillante, simplemente un tesoro, un futuro, que traía un mensaje en garabatos, en ese idioma que no todos hablamos, si sí, ese, el amor. Y entre sábanas y a la falta de una almohada, sus brazos se convirtieron en mi futuro, mi tesoro.

De vez en cuando te menciono como para no perder la costumbre. Si pudiera decirte la falta que haces, no en el corazón, sino en la costumbre, estaríamos a mano. Pero, la costumbre está tan lejana de ser amor, que ahora sí estamos a mano.

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