5 dic 2012

Algo de Puta

<<Que pena que no le conté esto a  la chica -se dijo-. En cualquier caso,  ella no habría entendido nada, todavía vive en un mundo en el que la gente es fiel y las promesas de amor son eternas.>>  Once Minutos, Paulo Coelho.


Sin lugar a dudas una siempre tiene algo de puta; o el labial rojo, o la falda corta, o los tacones o el corazón abierto y enamorado. Así tan incomodo como la gripe o la adolescencia, una siempre lleva algo de puta consigo.

Y en la vuelta al sol una se acostumbra, pero espera sin lugar a duda ser menos puta, enamorarse menos para amar mejor. O quedarse así para remplazar el dolor por el placer, como sólo una mujer sabe hacerlo.

Asumo que el labial rojo no me incomoda, pero el corazón abierto y enamorado si que le pesa a una. Le pesa en la política irreversible del corazón. En las promesas en blanco y negro.

Mientras, las constantes discusiones entre mi convicción y la tuya se vuelven vanas entre beso y beso, y otra vez vuelvo con algo de puta a conquistar tus horizontes o posiblemente más aún los míos para creerme que te creo.

Es que una siempre trae algo de puta consigo; o el labial rojo, o la falda, o los tacones o el corazón abierto y enamorado, creo que más lo último que lo demás.


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