24 dic 2010

En el espejo...


Así como todo nace y a su debido tiempo muere, así como el viento va y se devuelve, como el rio fluye y algún día seca; así es todo en nuestras vidas.

Entre tanta historia y tanto escribir, no sé bien si mis palabras serán las justas, si logran engrandecer a quien las lee.

Pero es justo detrás de ellas, donde se esconde la mujer sutil y delicada, la de edición limitada, aquella que traduce sus pensamientos en palabras.

La que se permite escribir con cada golpe del reloj, ese fiel testigo de las constantes luchas que día y noche, en esa cajita de emociones y pensamientos, se viven y se batallan.

La mujer que junto a la noche y con una dosis de sueños, se quita la sed ante la falta de su presencia, y le parece imposible no esparcirse en su recuerdo.

Esa mujer que con cada lagrima se enriquese el alma, con cada sonrisa y mirada se desnuda el alma. La que teme pero enfrenta, a su manera pero con agallas.

Que tantas veces es amiga del silencio, para volar más allá, para encontrase consigo misma, para mezclarse con su más pura esencia.

Todo tiene su comienzo y su final, no sé si ese es el comienzo o el triste final, no lo sé. Mientras la incertidumbre parece una gran virus que se apodera de mi, pero esa mujer, la que traduce sus pensamientos, lo sabe, lo sabe, ella lo sabe.

Porque juntas somos como el mar y el cielo, grandeza eterna, las dos somos una en el espejo!

1 comentario: