29 abr 2014

Entre la garganta y el corazón

Si es que existe alguna relación entre eso que hablamos y aquello que sentimos, sus ojos se me quedaron ahí, entre la garganta y el corazón.

No hay vaso de agua lleno que la obligue a irse, se siente cómoda y todos los días de su vida me recuerda ella el don que tenía para inflarme el alma.

Lo cierto es que ella no está. Lo sabe y lo sé.  Ella vive como si yo no estuviera y yo vivo sin querer sentirla más entre la garganta y el corazón.

Pero los buenos amores, aún cuando se van, siempre le duran a uno guardados más de lo que se espera o lo que se quisiera.

Si es que existe alguna relación entre eso que hablamos y aquello que sentimos, sus ojos se me quedaron ahí, entre la garganta y el corazón.

Desde ese episodio todo está bien, pero nada tan bien como cuando me miraba en esos ojos.

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